- Tracción trasera y motor delantero de 200 CV para
un deportivo muy esperado en la marca japonesa.
Fue antes de lo previsto y gracias a Toyota Canarias hemos
podido probar el nuevo GT86, un vehículo
deportivo de aspecto y espíritu, que nace para recoger la herencia de sus
míticos modelos, como el Celica o el AE86.
Es un deportivo de 4,24 metros de longitud y 1,29 metros de
altura. A pesar de que su carrocería es relativamente pequeña, las dos plazas delanteras
son amplias, algo que no se puede decir de las posteriores, muy pequeñas, y que
no son apropiadas para que las utilicen pasajeros de forma habitual.
El diseño del GT86 incorpora dos pilares clave del nuevo
lenguaje de diseño de Toyota: el diseño frontal inspirado en el concepto “Under
Priority” (Prioridad inferior), haciendo hincapié en una mayor rejilla
inferior, que centra la atención en la parte inferior del vehículo y transmite
un aspecto más distintivo y firme, y un enfoque de “Imagen potente”, con un
estilo claro, inteligente y expresivo. En este contexto, Keen significa
“inteligente” y “claro”; claro como en “Vibrant Clarity” (Claridad vibrante),
que significa brillante y limpio. El concepto Keen Look no se limita a los vehículos
deportivos, y se va a desplegar en muchos otros modelos de Toyota.
El habitáculo del GT86, totalmente centrado en el conductor,
recrea la esencia de la conducción de vehículos deportivos a través del
análisis detallado de la ergonomía y la funcionalidad de los distintos
elementos con que interactúa el conductor, lo que le permite conducir el nuevo
vehículo deportivo de Toyota como si fuera una extensión natural de su cuerpo.
200 CV
Sobre la base del motor bóxer de cuatro cilindros y 1.998
cc, con cilindros horizontalmente opuestos, recientemente desarrollado por
Subaru, Toyota ha dado su toque incorporado por primera vez su exclusiva
tecnología D-4S de nueva generación.
Con dos inyectores separados para la inyección directa y de
puerto, el sistema D-4S realiza una inyección directa a alta presión en el
cilindro e inyección convencional en el puerto de admisión, o bien únicamente
inyección directa en el cilindro, en función de la velocidad del motor. Así, el
aire introducido y el carburante se mezclan uniformemente en todos los rangos
de velocidad del motor, lo que incrementa la respuesta del acelerador, la
potencia y el par en una amplia gama de velocidades del motor, sin sacrificar
la eficiencia de combustible ni el rendimiento medioambiental.
Con unos valores gemelos de diámetro y carrera, de 86 mm x
86 mm, un motor “cuadrado” que combina ahorro de combustible con una rotación
bien equilibrada, el bloque motor del GT86, con culatas de cilindro DOHC de 16
válvulas, se ha desarrollado desde cero para conseguir una alta velocidad del
motor y una elevada relación de compresión, de 12,5:1.
Sensaciones
Por sensaciones de conducción, el GT86 cautiva rápidamente y
a los amantes de la conducción deportiva, como yo, es toda una alegría.
Tiene una dirección precisa y rápida, una suspensión dura,
una caja de cambios manual de recorridos cortos, un tacto de freno que deja
dosificar con gran precisión las frenadas y unos frenos resistentes al
calentamiento en un uso intenso.
Con los controles de estabilidad activados es dócil como un
corderito, pero en cuanto los desconectamos llega el momento de la verdad. El
GT86 es un auténtico nervio, no apto para corazones sensibles y menos para locuras
en la carretera. La parte trasera, en cuanto pisemos el acelerador, intentará
ponerse por delante, la verdad es que es muy delicado, pero qué demonios, muy,
muy divertido.
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