domingo, 29 de julio de 2012

Prueba Toyota GT86

Toyota vuelve a la senda deportiva con el GT86
-    Tracción trasera y motor delantero de 200 CV para un deportivo muy esperado en la marca japonesa.

Fue antes de lo previsto y gracias a Toyota Canarias hemos podido probar  el nuevo GT86, un vehículo deportivo de aspecto y espíritu, que nace para recoger la herencia de sus míticos modelos, como el Celica o el AE86.
Es un deportivo de 4,24 metros de longitud y 1,29 metros de altura. A pesar de que su carrocería es relativamente pequeña, las dos plazas delanteras son amplias, algo que no se puede decir de las posteriores, muy pequeñas, y que no son apropiadas para que las utilicen pasajeros de forma habitual.
El diseño del GT86 incorpora dos pilares clave del nuevo lenguaje de diseño de Toyota: el diseño frontal inspirado en el concepto “Under Priority” (Prioridad inferior), haciendo hincapié en una mayor rejilla inferior, que centra la atención en la parte inferior del vehículo y transmite un aspecto más distintivo y firme, y un enfoque de “Imagen potente”, con un estilo claro, inteligente y expresivo. En este contexto, Keen significa “inteligente” y “claro”; claro como en “Vibrant Clarity” (Claridad vibrante), que significa brillante y limpio. El concepto Keen Look no se limita a los vehículos deportivos, y se va a desplegar en muchos otros modelos de Toyota.
El habitáculo del GT86, totalmente centrado en el conductor, recrea la esencia de la conducción de vehículos deportivos a través del análisis detallado de la ergonomía y la funcionalidad de los distintos elementos con que interactúa el conductor, lo que le permite conducir el nuevo vehículo deportivo de Toyota como si fuera una extensión natural de su cuerpo.
200 CV
Sobre la base del motor bóxer de cuatro cilindros y 1.998 cc, con cilindros horizontalmente opuestos, recientemente desarrollado por Subaru, Toyota ha dado su toque incorporado por primera vez su exclusiva tecnología D-4S de nueva generación.
Con dos inyectores separados para la inyección directa y de puerto, el sistema D-4S realiza una inyección directa a alta presión en el cilindro e inyección convencional en el puerto de admisión, o bien únicamente inyección directa en el cilindro, en función de la velocidad del motor. Así, el aire introducido y el carburante se mezclan uniformemente en todos los rangos de velocidad del motor, lo que incrementa la respuesta del acelerador, la potencia y el par en una amplia gama de velocidades del motor, sin sacrificar la eficiencia de combustible ni el rendimiento medioambiental.
Con unos valores gemelos de diámetro y carrera, de 86 mm x 86 mm, un motor “cuadrado” que combina ahorro de combustible con una rotación bien equilibrada, el bloque motor del GT86, con culatas de cilindro DOHC de 16 válvulas, se ha desarrollado desde cero para conseguir una alta velocidad del motor y una elevada relación de compresión, de 12,5:1.

Sensaciones
Por sensaciones de conducción, el GT86 cautiva rápidamente y a los amantes de la conducción deportiva, como yo, es toda una alegría.
Tiene una dirección precisa y rápida, una suspensión dura, una caja de cambios manual de recorridos cortos, un tacto de freno que deja dosificar con gran precisión las frenadas y unos frenos resistentes al calentamiento en un uso intenso.
Con los controles de estabilidad activados es dócil como un corderito, pero en cuanto los desconectamos llega el momento de la verdad. El GT86 es un auténtico nervio, no apto para corazones sensibles y menos para locuras en la carretera. La parte trasera, en cuanto pisemos el acelerador, intentará ponerse por delante, la verdad es que es muy delicado, pero qué demonios, muy, muy divertido.

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