lunes, 5 de octubre de 2009

Prueba Nissan GT-R

YA LO HE PROBADO ... IMPRESIONANTE

Lo he conseguido, ya puedo decir que he probado el nuevo Nissan GTR. Para un vehículo de esta categoría debíamos buscar un lugar acorde con él, la elección del lugar de la prueba era claro, el Circuito de Maspalomas y gracias a Miguel Ángel Domínguez y al Sr. Macias, todo fueron facilidades, gracias.
Se ha dicho y escrito mucho sobre el GT-R R35 y ahora puedo decir que todo es verdad, estamos ante un vehículo de competición con el que se puede circular por la calle y por decirlo de otra manera, lo mejor del mercado. Su relación precio, prestaciones, equipamiento y exclusividad es imbatible.

Enamora nada más verlo, se puede decir que atrae a primera vista, si diseño robusto y agresivo insita a conducirlo al límite. Tiene todo lo necesario para volver la cabeza del más escéptico del mundo del motor, nadie queda indiferente al GT-R, es prácticamente imposible.


485 CV
Todo deportivo que se precie debe tener un potente motor y el GT-R R35 dispone de un nuevo V6 de doble turbo que desarrolla una potencia de 485 caballos y un par motor de 588 Nm (el de un camión) con la calificación de emisiones ultra-bajas, según la normativa japonesa, que combina una potencia extraordinaria con el mejor consumo del segmento. Ya hay preparaciones sobre este modelo que lo suben a 600 y 800 CV de potencia “valga me Dios”.
Pero claro, también debe transmitir esa potencia al suelo y además poder pararla cuando se necesite. Por eso la transmisión de doble embrague con paletas de accionamiento detrás del volante garantiza una velocidad excepcionalmente rápida en el cambio de relación, así como la comodidad de poder ser utilizada en modo completamente automático, sumándole el sistema de tracción inteligente. Los primeros modelos tuvieron algún problema en la transmisión cuando se desactivaban algunos sistemas, por ese motivo Nissan ha montado una transmisión más robusta aún. Nissan ofrecerá a todos los usuarios de la primera versión una actualización gratuita de la transmisión y de la programación del control de salida lanzada para equipararlo con las unidades que se comercializan ahora mismo.
Pero claro ahora tenemos que parar este misil con ruedas. Para ello están los discos perforados Brembo de 380 mm y pinzas de seis pistones para el tren delantero, que ofrecen enormes prestaciones de frenado para los 1.800 kilos que pesa el GT-R.

Pantalla multifunción
La pantalla central se puede cambiar al gusto o exigencias de cada uno, pudiendo visualizar todas las temperaturas y presiones necesarias para tener bajo control el motor y la caja de cambios. Hay cuatro pantallas diferentes que podemos utilizar y personalizar, para de ese modo podernos sentir como cualquier preparador. Pero ahí no acaba la cosa, además dispone de sensores de aceleración lateral y longitudinal, e incluso puede mostrar el grado de utilización de los pedales de freno, acelerador y el ángulo de la dirección, sin olvidar la fuerza G de gravedad, impresionante.

Un GT-R que hará historia
Este es el primer GT-R pensado para el mercado global en la historia de la saga que se inició en 1969 con el PGC10 GT-R. Antes los GT-R como el R32, R33 y R34, se vendieron en exclusiva en Japón y EE.UU. Durante el proceso de diseño, se trabajó para dar a este coche una presencia contundente que le señalara como fiel representante de la cultura japonesa del automóvil. Es por esta razón que la carrocería no deriva de la de ninguna berlina o coupé ya existente, lo que supone algo inédito en la saga GT-R. Esta es una de las más importantes apuestas en la redefinición del nuevo GT-R.

Sensaciones
Es difícil poder plasmar en negro sobre blanco, las sensaciones que me ha transmitido el Nissan GT-R, pero voy a intentarlo. En principio, todo es fácil, o mejor dicho el coche te deja que tú controles todo “eres el conductor”. Pero cuando cambiamos los parámetros y nos disponemos a sacar todo el partido al coche, la cosa cambia. De repente tenemos a nuestra disposición 485 CV y sólo los neumáticos nos complican en algún momento nuestros excesos. La estabilidad es a prueba de “casi” todo, prácticamente imperturbable, las suspensiones, las llantas de 20 pulgadas, la transmisión a las cuatro ruedas, las posibilidades de cambios en la electrónica de motor, cambio y controles de estabilidad, hacen muy difícil complicarnos las vida. Ahora bien, sí queremos sacarle “todo – todo” hay que tener un buen nivel de pilotaje para aprovechar su potencial, donde sólo los neumáticos ponen el límite de estabilidad. En cuanto a los frenos vamos sobrados en cualquier circunstancia, en honor a la verdad habría que rodar mucho con él para encontrar el punto exacto de frenada, siempre me sobraban unos metros.
En definitiva uno de los mejores coches, que con dinero podemos comprar y en el que a cada metro aprendemos lo que puede hacer un vehículo, cuando de manera inteligente se le aplica toda la tecnología disponible en el mercado, es imbatible.

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