jueves, 13 de agosto de 2009

I Clásica de Firgas











La maldita sonda

Como ya sabéis los vehículos clásicos es una de mis aficiones y el pasado día 8 de agosto, participé junto con mi amigo Juan González en la I Clásica de Firgas.
Hacía un año que no salíamos con el Opel GT 1900 de 1972 (único que compite en los Rallys de Regularidad en Canarias) el coche de Juan González (yo ejerzo de copiloto – vital en los rallys de regularidad) y por ese motivo la semana previa a la prueba nos dedicamos a poner a punto la maquinaria y los cuerpos.
Empezando por lo primero, lo que más problema nos dio fue el famoso “aparatito” Blunik, en honor a la verdad debo decir que en realidad fue una sonda que se había quemado y no funcionaba. Esto nos obligó a dar muchas pasadas al tramo de calibración para buscar el fallo. Una vez encontrado el “problemilla” tuvimos que sustituir la sonda por otra nueva, que al final también nos falló y luego os cuento.
En cuanto a los cuerpos, después de varios días en el pequeño habitáculo del Opel, ya nos sentíamos como en casa pero ya vislumbrando los calores que íbamos a sufrir en el Rally.

Llegó el momento
¡Que bonito son los momentos previos a la prueba! Donde encontramos a los amigos, le intentamos pegar las pegatinas al coche sin que nos quede muy mal, ponemos los relojes en hora y empezamos a sentir la tensión del momento. Incluso las presiones de otros competidores, con señales inequívocas de buscar pelea (foto adjunta).
La prueba contaba con doce tramos de regularidad divididos en dos secciones, con ocho la primera y cuatro la segunda. La salida era desde el mismo pueblo de Firgas, que estaba en fiestas y el ambiente era muy bueno.
Ya en materia, los dos primeros tramos resultaron buenos, ya que ha esas alturas éramos sextos de la general con un decimoquinto y segundo puesto respectivamente en esos dos primeros tramos del día, pero claro cuando llegó el tercer tramo las cosas cambiaron radicalmente y empezaron los problemas.
En ese fatídico tramo, el Blunik empezaba a hacer cosas raras (más tarde descubrimos el por qué) y no contaba los metros, ni la velocidad media (algún día daré un curso sobre el tema) ¡la teníamos liada! En toda esa vorágine dentro del coche, nos fuimos a comprar el pan a la panadería más cercana (término coloquial en regularidad cuando tomas el camino equivocado) saltándonos un control cronometrado vital para nuestras aspiraciones. El resultado fueron 30 puntos de penalización y el 35º puesto de la general. Y menos mal que se suspendía el segundo control de ese tramo, porque si no …
Bueno, pero la cosa no acabó ahí, porque en el siguiente tramo y aunque ya teníamos todo el pan comprado, el fallo en el Blunik (seguíamos sin saber lo que era) hacía que siguiéramos penalizando y esta vez nos caía 25.5 puntos y el puesto 29º de la general.

La famosa sonda
En la salida del quinto tramo “eureka” encontramos el problema, aquella sonda que habíamos cambiado se hizo budista (o yo que se) el caso es que dejó de funcionar. Pero claro la pifia en el tramo no nos la quitaba nadie y el premio fue 14.2 puntos y 13º del tramo.
Así nos fue hasta el último tramo de la sección, en el que nos recompusimos y marcamos un 5º en el tramo con una penalización de 1.8 puntos. En el computo total de la prueba habíamos caído hasta el puesto 21º de la general, “menudo panorama nos quedaba”.

La recuperación
En los cuatro tramos que quedaban para el final de la prueba, tanto Juan como yo, nos conjuramos para dejar el pabellón bien alto (y bien que lo hicimos, sí señor)
En el noveno tramo empezamos un poco fríos y me refiero a ritmo de carrera, porque la temperatura dentro del coche rondaba los 50 grados, consiguiendo la 11º posición con sólo 2,7 puntos de penalización. Pero en el siguiente tramo (el más largo del rally y con más controles) conseguimos la primera posición con sólo 1.4 puntos de penalización. Y para rematar, en el undécimo tramo (también muy complicado) nos metíamos 2º de la general con 0.7 puntos de penalización.
Ya sólo quedaba un tramo para finalizar y aunque sólo penalizamos 1.4 puntos el puesto de la general era el 18º, habíamos recuperado cinco posiciones y terminábamos la prueba en la decimosexta plaza de la general.
Siempre se busca al finalizar la prueba en un puesto retrasado, las buenas lecturas y nosotros encontramos la mejor posible, dado que contabilizando sólo los cuatro últimos tramos del Rally habíamos conseguido la 2º plaza de la general absoluta (el que no se consuela es porque no quiere).
En definitiva otra prueba para nuestro cortísimo palmarés y muchas lecciones aprendidas, para poder mejorar en las próximas citas.

1 comentario:

  1. Nada que se aburrieron un montón!!! Me gustó lo de la sonda budista!!! que pena no haber estado en el pueblo para verte, el próximo año será. BESOS y Felicidades!

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