- Con casi 24 años de vida, éste BMW M3 es todo un espectáculo en el asfalto de Canarias.
- Se trata de una unidad especial denominada Evolution II, del que se fabricaron sólo 500 ejemplares.
Estamos ante uno de los mitos del automovilismo deportivo mundial, el BMW M3, que tras 25 años de historia sigue demostrando su poderío en las carreteras de todo el mundo.
Aunque no es el primer BMW E30 M3 que pruebo tenía muchas ganas de ponerme tras su volante. Esta unidad exactamente, es la que habitualmente lleva el piloto grancanario Miguel Quintino con el que lleva varios años compitiendo y ha recibido varias evoluciones.
La base no podía ser mejor, dado que se trata del modelo Evolution II, que seguía manteniendo el motor 4 cilindros de 2.3 litros de cilindrada, pero contando con 220 CV de potencia de serie, por los 200 del modelo base, sumando a esto algunas concesiones a la aerodinámica debajo del alerón trasero y un alargamiento en el delantero.
El paso de los años ha hecho que tanto el motor original como los aditamentos aerodinámicos no estén, aunque mantiene la placa identificativa que nos dice que se trata de la unidad 359 de los 500 fabricados.
Lo mejor de este M3 no es el motor, no son los frenos, es sin lugar a equivocarme una caja de cambios de dientes rectos de 6 velocidades, que es toda una maravilla y la vida de este coche.
Fácil y difícil
Aunque empiece por el final, nada más bajarme del M3 de Quintino se me vino a la cabeza una frase clarificatoria de esta prueba, “que fácil se ve de fuera y que difícil es desde dentro”.
Llevábamos ya unos meses detrás de esta prueba, que por una circunstancias o por otras se había retrasado en el tiempo, pero una llamada de Quintino puso en marcha nuevamente la idea. Sólo tuve que ponerme en contacto con el Circuito de Maspalomas y ya teníamos preparada la prueba.
Y aunque para el tipo de vehículo que íbamos a probar el circuito no es el mejor lugar, sí lo es por seguridad, espacio y privacidad, por este motivo siempre contamos con la colaboración del Circuito de Maspalomas para estos menesteres.
Lo primero era darnos una vuelta acompañando a Quintino a la derecha y rápidamente nos dimos cuenta que el motor estiraba hasta las 8.000 vueltas sin descanso y que se tragaba los cambios con suma facilidad. Ya fijándonos más y con las explicaciones del piloto, nos percatábamos que esta caja de cambios permite engranar marchas, tanto para arriba como para abajo, sin utilizar el embrague, que maravilla. Con Quintino al volante todo parece fácil y el tren trasero responde con fidelidad a las órdenes del piloto, dado que el pedal del gas hay que tratarlo con suma precisión, de lo contrario “trompo”, cosa que descubrimos cuando me puse tras el volante.
300 CV al tren trasero
El acceso al asiento fue fácil, ya que este M3 tiene unas barras antivuelco “normales” y además el asiento tiene corredera, “que alivio para mi” Ya instalados tras el volante la puesta en marcha siempre es crítica con un embrague cerámico de competición, pero tras varios intentos salimos airosos. En marcha, todo se vuelve más fácil, siempre y cuando no sobrepasemos el límite de agarre del tren trasero, al que le influye mucho el estado de los neumáticos.
Los cambios, con embrague, entran con una rapidez pasmosa, con un recorrido muy corto y ajustado que me trajo algún problemilla. Pero cuando me decidí a utilizarla sin embrague, la rapidez se transformó a “hipervelocidad” y convirtieron esta caja manual en lo más parecido a una caja de cambios secuencial, increíble.
En curva media y rápida no hay problema, el tren trasero prácticamente no se mueve y la dirección es precisa y rápida, pero sin duda alguna las curvas tipo horquillas o paellas es donde hay que emplearse a fondo y aunque desde fuera se ve muy espectacular, no permite errores.
En los primeros intentos en las curvas cerradas, los trompos fueron lo habitual. Para poder realizar la mayoría sin quedarnos mirando al revés, hay que tener un especial tacto con el acelerador que requiere tiempo y no es nada fácil.
La conclusión es que este coche es el arma perfecta para los pilotos privados, ya que dan espectáculo pero también son efectivos, no en vano ya están siendo legión en nuestros rallys y pruebas de montaña.
Agradecimientos
No nos casamos de mostrar el agradecimiento a los promotores del Circuito de Maspalomas, que nos permiten poder disfrutar de sus instalaciones y además con un trato increíble. Entre esas personas se encuentran Miguel Ángel Domínguez y Juan Francisco Macías. Por supuesto también a Miguel Quintino y todo su equipo por dejar en nuestras manos a esta joya.
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